La historia de Fernanda
¡Hola! Soy Fernanda. Estuve internada en el hospital por un tiempo. Mientras estaba allí, aprendí mucho sobre la prevención de caídas.
Al principio, no estaba segura de por qué tenía que tener mucho cuidado de no caerme en el hospital. Casi nunca me caigo en casa. Puedo correr y saltar. Y cuando voy en mi patinete en rampas, ¡ni siquiera me tambaleo!
Mi enfermera en el hospital me dijo: "Fernanda, aun cuando no te caigas en casa, hay cosas de los hospitales que hacen que caerse sea más fácil aquí".
Aprendí que algunos niños pasan tiempo en el hospital porque no se sienten muy bien. Cuando no te sientes bien, es posible que no estés tan fuerte como siempre.
Además, algunos niños necesitan medicamentos en el hospital. A veces, los medicamentos afectan un poco el equilibrio.
Y también los hospitales están llenos de cosas que no son como las cosas que tienes en casa. Esas cosas pueden hacer que te tropieces o te resbales.
Pero mi enfermera me ayudó a aprender algunas maneras para ser una campeona en prevención de caídas en el hospital.
Esto es lo que aprendí.
Fíjate en las cosas que podrían tener ruedas, como la mesa junto a la cama. Si te apoyas en algo así, ¡podría salir rodando!
Asegúrate de fijarte en los cables que salen de las máquinas. Podrías tropezarte con ellos.
Los pisos del hospital podrían ser particularmente resbaladizos si se mojan. De modo que si ves líquido o derrames, dile a un adulto para que los limpien.
Aprendí que la cama del hospital también ayuda a prevenir caídas. Tiene lados que se suben cuando estás en la cama. Estos evitan que te caigas. Y tiene botones que suben y bajan la cama. Puedes bajarla al nivel del piso cuando necesitas levantarte. ¡Hasta hay un botón para llamar a la enfermera cuando necesitas algo!
Cuando estaba en el hospital, también usaba calcetines antideslizantes. Tienen unos bultos especiales en la parte de abajo. Los bultos impedían que deslizara los pies en el suelo.
Mi enfermera me dijo que parte de ser una campeona en la prevención de caídas es dejar que los adultos te ayuden a hacer cosas, incluso cosas para las que habitualmente no necesitas ayuda en casa.
Así que cuando necesitaba levantarme de la cama, esperaba a que un adulto estuviera en la habitación. Cuando estaba en el baño, dejaba que mi mamá me cuidara. También usaba los barandales en la pared del baño para ayudarme a mantener el equilibrio.
Cuando salía de mi habitación, ¡también ayudaba a combatir caídas en el pasillo!
Me aseguraba de dejar mis libros y juguetes en mi habitación. De ese modo, no podían distraerme al caminar. Y me acordaba de caminar, no correr. Fue un poquito difícil, porque me gusta ir rápido adonde tengo que ir.
Siempre estaba atenta a cosas que pudieran hacer que yo u otros niños nos cayéramos. Si veía algo, le decía a un adulto. Eso era fácil, porque soy muy buena para observar cosas. Me hacía sentir bien ayudar a que otras personas se mantuvieran a salvo.
No me caí cuando estaba en el hospital. Saber a qué tenía que prestar atención fue muy útil. ¡Y ahora tú también lo sabes!
Esta es la historia de Fernanda. ¿Cómo serás un campeón en prevención de caídas? ¿Qué cosas harás para que tú y otras personas se mantengan a salvo en el hospital?
Revisado: 31 julio, 2024
Autor: El personal de Ignite Healthwise, LLC
Comité de revisión clínica
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