Esta información es producida y suministrada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). La información en este tema puede haber cambiado desde que se escribió. Para la información más actual, comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer a través del Internet en la página web http://cancer.gov o llame al 1-800-4-CANCER.
¿Qué es el cáncer de hígado?
El cáncer de hígado (cáncer primario de hígado) es una enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) en los tejidos del hígado. El cáncer que se forma en otras partes del cuerpo y se disemina al hígado no es cáncer primario de hígado. El hígado es uno de los órganos más grandes del cuerpo. Está detrás de las costillas en la parte superior derecha del abdomen y tiene dos lóbulos. Las funciones principales de este órgano son las siguientes:
- Producir la bilis, una sustancia que ayuda a digerir la grasa de los alimentos.
- Almacenar glucógeno (azúcar), que el cuerpo usa para obtener energía.
- Filtrar sustancias dañinas de la sangre para que salgan del cuerpo en las heces y la orina.
Tipos de cáncer de hígado
El cáncer de células hepáticas (carcinoma hepatocelular) y el cáncer de vías biliares (colangiocarcinoma) son los tipos principales de cáncer primario de hígado en adultos.
El carcinoma hepatocelular es el tipo de cáncer de hígado más común en adultos. Este tipo de cáncer es la tercera causa principal de muerte por cáncer en el mundo.
El cáncer primario de hígado se presenta en niños y adultos. Sin embargo, el tratamiento de los niños es diferente al de los adultos. Para obtener más información, consulte Cáncer de hígado infantil.
Signos y síntomas del cáncer de hígado
Es posible que el cáncer primario de hígado en adultos y otras afecciones causen signos y síntomas. Consulte con el médico si tiene alguno de los siguientes signos o síntomas:
- Masa o bulto duro en el lado derecho debajo de las costillas.
- Malestar en la parte superior derecha del abdomen.
- Hinchazón del abdomen.
- Dolor alrededor de la escápula derecha o en la espalda.
- Ictericia (la piel y la parte blanca de los ojos se vuelven amarillentos).
- Moretones o sangrados que aparecen con facilidad.
- Cansancio y debilidad anormales.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida del apetito o sensación de estar lleno después de comer porciones pequeñas.
- Pérdida de peso por motivos desconocidos.
- Heces blancas, parecidas al yeso y orina oscura.
- Fiebre.
Detección del cáncer de hígado
La detección es la búsqueda de un cáncer antes de que la persona presente algún síntoma. Es posible que esto ayude a encontrar el cáncer en un estadio (etapa) temprano. Cuando el tejido anormal o el cáncer se encuentra temprano, tal vez sea más fácil de tratar.
Es importante recordar que si el médico le indica una prueba de detección (examen de detección), no es porque crea que usted tiene cáncer. Las pruebas de detección se hacen cuando no hay síntomas de cáncer. Si el resultado de una prueba de detección es anormal, es posible que sea necesario hacer más de estas para determinar si tiene cáncer. A estas pruebas adicionales se les llaman pruebas diagnósticas.
Exámenes para detectar el cáncer de hígado
Aunque no hay exámenes de detección (pruebas, procedimientos) estándar o de rutina para el cáncer de hígado, los siguientes están en estudio o se usan para identificarlo:
Ecografía
La ecografía es un procedimiento en el que se hacen rebotar ondas de alta energía (ultrasónicas) en el hígado para producir ecos. Los ecos forman una imagen del hígado que se llama ecograma.
Tomografía computarizada
La tomografía computarizada (TC) es un procedimiento en el que se toma una serie de imágenes detalladas del hígado desde ángulos diferentes. Las imágenes se crean con una computadora conectada a una máquina de rayos X. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere para que el hígado se destaque de forma más clara. Este procedimiento también se llama tomografía computadorizada, tomografía axial computarizada (TAC) o exploración por TAC.
Marcadores tumorales de alfafetoproteína
Los marcadores tumorales, también conocidos como biomarcadores, son sustancias que produce el tumor. Estas sustancias se encuentran en la sangre u otros líquidos del cuerpo, y en los tejidos. Una concentración alta de un marcador tumoral específico tal vez indique la presencia de cierto tipo de cáncer en el cuerpo.
La alfafetoproteína (AFP) es el marcador tumoral que más se usa para detectar el cáncer de hígado. Sin embargo, otros tipos de cáncer, algunos estados, como el embarazo, y ciertas afecciones, como la hepatitis, también aumentan las concentraciones de AFP.
Están en estudio marcadores tumorales específicos que quizás ayuden a la detección temprana del cáncer de hígado.
El médico usa estas pruebas para detectar o diagnosticar el cáncer de hígado. Para obtener más información, consulte Diagnóstico del cáncer de hígado.
Riesgos de los exámenes de detección para el cáncer de hígado
En ocasiones, es difícil tomar decisiones sobre los exámenes de detección (pruebas). No todos son útiles y la mayoría tienen riesgos. Antes de someterse a uno de estos tal vez quiera consultarlo con el médico. Es importante que conozca los posibles problemas que causan y si se ha confirmado que reducen el riesgo de morir por cáncer.
Los riesgos de los exámenes de detección del cáncer de hígado son los siguientes:
- Los exámenes pueden dar resultados negativos falsos. Los resultados de los exámenes de detección, a veces, son normales aunque haya cáncer de hígado. Una persona que recibe un resultado negativo falso (que muestra que no hay cáncer cuando en realidad lo hay) tal vez se tarde en buscar atención médica aunque tenga síntomas.
- Los exámenes pueden dar resultados positivos falsos. Los resultados de los exámenes de detección, a veces, son anormales aunque no haya cáncer. Un resultado positivo falso (que muestra que hay cáncer cuando en realidad no lo hay) quizás provoque ansiedad. Además, es probable que se necesiten más pruebas diagnósticas y procedimientos, como una biopsia de hígado, y estos también tienen riesgos.
- Es posible que los procedimientos que se usan para diagnosticar el cáncer de hígado causen complicaciones. Cuando los resultados de los exámenes de detección son anormales, a veces, se hace una biopsia para diagnosticar el cáncer. Una biopsia de hígado en ocasiones causa las siguientes complicaciones infrecuentes, pero graves:
- Hemorragia.
- Dificultad para respirar.
- Filtración de bilis, que puede causar una infección en el tejido que reviste el abdomen.
- Punción (orificio) pequeña en un órgano del abdomen.
- Diseminación de las células cancerosas en el recorrido cuando se introduce (mete) y retira (saca) la aguja de biopsia.
El médico puede orientarle sobre su riesgo de presentar cáncer de hígado y la necesidad de hacer exámenes de detección.
Última revisión: 2024-05-23
Si usted quiere saber más sobre el cáncer y cómo se trata, o si desea saber sobre ensayos clínicos para su tipo de cáncer, puede llamar al Servicio de Información del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) al 1-800-422-6237, llamada gratuita. Un especialista en información capacitado puede hablar con usted y responder a sus preguntas.