Culebrilla del ojo: Instrucciones de cuidado

Generalidades

La culebrilla del ojo es una infección viral dolorosa en el ojo. También puede causar hinchazón del párpado. La mayoría de las personas tienen un salpullido y ampollas en la frente, la nariz y el párpado superior. La culebrilla es causada por el mismo virus que causa la varicela.

La culebrilla del ojo comienza con dolor y hormigueo en un lado de la frente o la nariz. En el ojo, puede causar dolor, enrojecimiento, hinchazón, sensibilidad a la luz y visión borrosa. Si empeora, puede llevar a algo de pérdida de la vista o ceguera.

Se necesita tratamiento con rapidez. Su médico podría darle medicamentos para que tome por la boca para tratar el virus, además de gotas para los ojos o pomadas. Podrían darle un plan de tratamiento estricto que consiste en tomar medicamentos varias veces al día. El médico observará su progreso de cerca. El tratamiento suele hacerse en el hogar. Los casos graves podrían tratarse en un hospital.

¿Cómo puede cuidarse en el hogar?

• Sea prudente con los medicamentos. Tome sus medicamentos exactamente como se los recetaron. Llame a su médico si cree que está teniendo un problema con su medicamento.
  • Si el médico le recetó un analgésico (medicamento para el dolor), tómelo según las indicaciones.
  • Si no está tomando un analgésico recetado, pregúntele a su médico si puede tomar uno de venta libre.
• Trate de no hurgarse o rascarse ninguna ampolla en la piel. Formarán costras y estas se caerán por sí solas si no las toca.
• Colóquese paños fríos y húmedos sobre la zona para aliviar el dolor y la comezón. Puede usar loción de calamina en las ampollas en la piel. Pero no deje que le entre loción en el ojo.
• Evite el contacto cercano con otras personas hasta que hayan sanado las ampollas. Las ampollas contienen el virus de la varicela. Puede transmitirse a otras personas. Es muy importante que evite el contacto con personas que nunca hayan tenido varicela o que no hayan sido vacunadas contra la varicela. Las mujeres embarazadas, los bebés con pocos meses de vida y cualquier otra persona que tenga problemas para combatir infecciones (como alguien con VIH, diabetes o cáncer) corren un mayor riesgo.