La historia de Arthur
Hola. Me llamo Arthur. Tengo asma. Aquí estoy de camino al campamento de día en el parque.
Al principio, cuando me estaba acostumbrando a tener asma, no quería pasar todo el día lejos de mis padres. Me preocupaba tener un problema al respirar. Pero aprendí algunas cosas sobre cómo cuidar mi asma. Y aprendí a pedir ayuda cuando la necesito. ¡Ahora ya no me preocupo!
Tener asma significa que a veces me cuesta mucho hacer que entre aire en mis pulmones. Ves, los pulmones tienen tubos. El aire pasa a través de esos tubos con cada respiración.
Cuando mis pulmones funcionan al máximo, los tubos están bien abiertos. ¡Son como un gran popote! Pero cuando tengo un ataque de asma, los tubos se vuelven más pequeños. Entonces no hay mucho espacio para que pase el aire. Es como cuando masticas un popote y luego no funciona tan bien.
Esto es lo que siento cuando tengo un ataque de asma.
Primero, me siento bien. Luego, mi pecho comienza a sentirse apretado y como que me pica un poco por dentro. Después de eso, mi respiración comienza a sonar un poco extraña. Es como el sonido que hace un gato cuando ronronea. Pero un gato grande, ¡como un tigre o algo así! Porque yo soy mucho más grande que un gato doméstico. Si el ataque continúa, me cuesta respirar. Toso mucho y tengo problemas para hablar.
Al principio me dio mucho miedo. Pero ahora las cosas están mejor. Aprendí que hay cosas que puedo hacer para ayudar a cuidar mi asma.
Estoy atento a las cosas que pueden causarme problemas para respirar. Mi médico llama a esas cosas "desencadenantes".
A mis padres y a mí nos tomó un tiempo descubrir cuáles son mis desencadenantes. Después de un tiempo, aprendimos que cosas como el polvo, el polen de las plantas y el humo en el aire me causan problemas. Así que trato de prestar atención a esas cosas.
Conozco a otros niños que tienen diferentes desencadenantes. Tienen problemas cuando pasan mucho tiempo con un gato o cuando corren.
Los medicamentos también me ayudan con el asma. Por eso me aseguro de tomar siempre los míos como se supone que debo hacerlo. Tomo una pastilla todos los días. Y uso mi inhalador cuando lo necesito.
A veces, cuando otros niños ven mi inhalador, quieren saber más sobre él. Entonces yo les cuento lo que hace. Pero nunca comparto mi inhalador. El medicamento que tiene dentro me ayuda porque yo lo necesito. Pero podría lastimar a los niños que no lo necesitan.
También tengo un plan especial sobre qué hacer si empiezo a tener problemas para respirar. Algunos adultos, como la enfermera de mi escuela y la directora de mi campamento, también tienen copias de mi plan. De ese modo, saben cómo ayudarme si lo necesito.
Y ¿sabes qué? ¡Me enteré de que la directora de mi campamento también tiene asma! Por eso ella sabe mucho sobre planes e inhaladores para el asma. Su inhalador se ve diferente al mío. Pero los dos sirven para lo mismo.
La directora de mi campamento dijo que ella se enteró de que tenía asma cuando tenía mi edad. Me habló de todo tipo de personas famosas que también tienen asma. ¡Incluso actores, presidentes y deportistas famosos!
Aunque tengo asma, aún puedo hacer la mayoría de las cosas que los otros niños pueden hacer. Simplemente me aseguro de prestar atención a cómo me siento. Y le digo a un adulto si empiezo a notar los signos de un ataque de asma. Luego seguimos mi plan sobre qué hacer.
¡El último día del campamento, incluso gané la carrera de tres piernas con la directora de mi campamento!
Ella dijo: "Arthur, ¡hacemos un buen equipo de campamento! Cuando seas mayor, también podrías ser director de un campamento".
Eso suena como un buen trabajo. Yo le dije que si decido no ser actor o presidente, entonces lo consideraré.
¿Qué cosas hace Arthur para aliviar su asma que también podrían ayudarte a ti? ¿Cómo te sientes cuando comienzas a tener un ataque? ¿Sabes ya cuáles son tus desencadenantes del asma? Si no lo sabes, ¿qué podría ayudarte a averiguarlos?
Revisado: 31 julio, 2024
Autor: El personal de Ignite Healthwise, LLC
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