¿Qué son los antimicrobianos?
Los antimicrobianos son medicamentos utilizados para eliminar los microbios (gérmenes). Estos microbios incluyen bacterias, virus, hongos y parásitos. Pueden causar infecciones.
Hay un tipo de medicamento que elimina o trata cada tipo de microbio. Los ejemplos incluyen:
- Antibióticos como amoxicilina para las bacterias.
- Tamiflu para los virus.
- Fluconazol (Diflucan) para los hongos.
- Metronidazol para los parásitos.
¿Por qué no debería su hijo tomarlos "por si acaso"?
Su hijo no debería tomar antimicrobianos cuando no los necesite ni "por si acaso". Estos medicamentos tienen efectos secundarios que incluyen vómitos, diarrea e infecciones por hongos en forma de levadura (candidiasis). Y pueden no dar resultado más adelante cuando su hijo realmente los necesite.
Cada vez que su hijo los toma, es más probable que haya algunos microbios que el medicamento no elimina. Los microbios que no mueren pueden cambiar y volverse aún más difíciles de eliminar. Algunos de estos microbios son tan fuertes que ningún medicamento los puede eliminar. Estos se llaman microbios resistentes a los medicamentos. Pueden causar infecciones más duraderas y más graves.
Estos microbios más resistentes pueden transmitirse a familiares, amigos y compañeros de clase. Para tratarlos, es posible que su hijo necesite medicamentos diferentes y más potentes.
¿Cómo puede dárselos a su hijo con prudencia?
Pregúntele siempre a su médico si los antimicrobianos son el mejor tratamiento. Explíquele que usted no quiere que su hijo tome estos medicamentos a no ser que los necesite.
Si su hijo en efecto los necesita, asegúrese de dárselos según las indicaciones. Si la etiqueta indica que tome el medicamento a una determinada hora del día, siga esas instrucciones. No deje que su hijo deje de tomarlos solo porque se siente mejor. Dele a su hijo todos los medicamentos hasta terminarlos. Esto ayudará a eliminar aquellos microbios que son algo más resistentes y que sobreviven a los primeros días del tratamiento. También ayudará a evitar la proliferación de microbios resistentes a los medicamentos.
La atención de seguimiento es una parte clave del tratamiento y la seguridad de su hijo. Asegúrese de hacer y acudir a todas las citas, y llame a su médico si su hijo está teniendo problemas. También es una buena idea saber los resultados de los exámenes de su hijo y mantener una lista de los medicamentos que toma.